Cómo usar una mascarilla facial: su guía sobre lo que debe y lo que no debe hacer

A medida que aumentan los casos de COVID-19 en todo el país, los expertos en salud instan a las personas a usar mascarillas, especialmente dado que la variante ómicron es extremadamente contagiosa.

Varios estados que habían relajado las exigencias de uso de mascarilla, las han restituido en espacios públicos cerrados. Al mismo tiempo, algunos expertos en salud recomiendan que, incluso quienes estén vacunados, usen una mascarillas que brindan mayor protección que un cobertor facial de tela; estas mascarillas incluyen los respiradores N95 o KN95, las mascarillas quirúrgicas o el uso de una mascarilla quirúrgica debajo de una mascarilla de tela. Varios países europeos ahora exigen mascarillas de grado médico en lugares públicos.

“Ahora más que nunca es prudente usar protectores faciales y seleccionar el equipo de protección adecuado que se ajuste bien y sea efectivo para bloquear la transmisión”, dice el Dr. Ole Vielemeyer, director médico de la División de Enfermedades Infecciosas del NewYork-Presbyterian/Weill Cornell Medical Center. “Afortunadamente, las mascarillas de buena calidad una vez más están disponibles para todos, incluidas las mascarillas quirúrgicas y los respiradores KN95 y N95, y ahora son la forma preferida de mantenerse protegido donde existe el riesgo de transmisión”.

Sin embargo, para que una mascarilla sea efectiva, debe utilizarse correctamente. Aquí, el Dr. Vielemeyer comparte con Health Matters lo que usted necesita saber sobre el uso de mascarillas faciales, desde cómo elegir la mascarilla correcta hasta cómo colocarla adecuadamente; consejos que, según él, usted necesitará para el futuro inmediato.

“Dos años desde el inicio de la pandemia, y esto todavía no termina”, dice el Dr. Vielemeyer. “Necesitaremos protegernos a nosotros mismos y a los demás a través de varios medios, incluido el uso de mascarillas faciales. Por lo tanto, adquirir una rutina segura y razonable de la mascarilla facial es una buena idea”.

Para actividades de bajo riesgo, como dar un paseo o asistir a un evento al aire libre con poca gente, está bien usar una mascarilla de tela, hecha de algodón o de un material similar, compuesta de dos o más capas, dice el Dr. Vielemeyer. Pero para una mayor protección, las mascarillas quirúrgicas, también llamadas mascarillas médicas, son la mejor opción, si se ajustan bien. Ambos tipos actúan como una barrera física que ayuda a reducir la propagación del virus a través de gotitas de la boca y la nariz, pero permite respirar a través del material. Puede hacer que su mascarilla sea más efectiva y mejorar su ajuste con una doble mascarilla: usar la mascarilla de tela sobre la mascarilla quirúrgica.

Para una protección óptima, los respiradores de alta filtración como el KN95, N95 y KF94 son los que brindan la mayor protección y evitan la inhalación incluso de partículas pequeñas que se trasmiten por el aire. Si bien los respiradores eran escasos y debían reservarse para los trabajadores de la salud cuando comenzó la pandemia, afortunadamente ahora existe suficiente suministro, dice el Dr. Vielemeyer. Los recomienda para situaciones de alto riesgo cuando existe una posible exposición prolongada, como viajar en aviones, metros o trenes; cuidar a alguien que está enfermo con COVID; o pasar tiempo en un espacio cerrado lleno de gente, o si está inmunocomprometido o tiene una afección de salud que lo pone en alto riesgo de enfermarse de COVID-19.

No use pañoletas ni cuellos tipo tortuga de una capa ya que se desconoce su eficacia de protección, tampoco use una bufanda como mascarilla. También se desaconsejan las mascarillas con válvula o ventilación porque no evitan la propagación de COVID-19 a otras personas. Si bien estas mascarillas pueden protegerlo, las gotitas respiratorias que produce la persona que las usan pueden expulsarse al aire y llegar a otras personas.

Una mascarilla facial está diseñada para actuar como una barrera entre su sistema respiratorio y el mundo exterior. Por lo tanto, esta debe cubrir la boca y la nariz, y debe ajustarse firmemente pero sentirse cómoda en la cara. Muchas mascarillas vienen en diferentes tamaños, incluso en tamaños para niños, y debe elegir la que mejor se adapte a usted. Las mascarillas que son muy pequeñas y aquellas que son muy grandes y dejan espacios entre la cara y la mascarilla, son menos efectivas.

Si su mascarilla quirúrgica está demasiado suelta, ate nudos en los lazos para las orejas para lograr un mejor ajuste. Una mascarilla de tela debe tener lazos o correas ajustables para las orejas para que esté siempre bien ajustada. Usar una mascarilla quirúrgica debajo de una mascarilla de tela también puede mejorar el ajuste, además de elegir mascarillas con alambre nasal ajustable para reducir los espacios en la parte superior. Las mascarillas que no cubren la boca y la nariz, ya sea porque son muy pequeñas o porque no están diseñadas correctamente, no deben usarse. Elegir el tamaño correcto también es importante para que pueda usar su mascarilla durante un período prolongado sin sentirse incómodo.

Aunque es común ver que las personas usan las mascarillas solo para cubrir la boca, esto prácticamente no brinda protección para el usuario ni para los demás.

Tenga las manos limpias cuando se coloque la mascarilla. Cuando regrese a casa, lávese las manos antes de sacarse la mascarilla y quítela por la parte de atrás, tomándola por los lazos o correas para las orejas. Asegúrese de desechar la mascarilla, o si se trata de una mascarilla de tela, dejarla en un lugar seguro exclusivo, como una bolsa sellable, hasta que la lave. Si hay muchos miembros en su hogar, asegúrese de manipular solo su mascarilla.

Asegurarse de que su mascarilla se ajusta correctamente significa que no tendrá que hacer ajustes luego, ya que podría contaminarla si la toca cuando no tiene las manos limpias, y podría contaminar sus manos también. Resista la tentación de tocarse el rostro o la mascarilla en reiteradas ocasiones, incluso si siente picazón en la piel. La mayoría de las veces, la picazón se irá si no se rasca. Es muy útil tener un frasco pequeño de desinfectante para manos en su bolsillo, en caso de que tenga que tocar la mascarilla.

Usar una mascarilla facial es la única forma de protegerse a usted y a los demás. La mascarilla no reemplaza a otras medidas de prevención sino que las complementa. El distanciamiento social sigue siendo una de las medidas más importantes para protegerse de contraer COVID-19, así como para poner freno a la pandemia. Una mascarilla facial no es un “pase libre” para no practicar el distanciamiento social o dejar de lado otras medidas de protección. Recuerde, las gotitas caen sobre las superficies, como perillas y carritos de compras, por lo que lavarse las manos con frecuencia sigue siendo muy importante. Y, por supuesto, la vacunación con un refuerzo sigue siendo la forma más efectiva para protegerse a sí mismo y a los demás.

Los respiradores como los N95 y las mascarillas médicas (quirúrgicas) son descartables y deben desecharse si se mojan o ensucian, o después de un día de uso. (Los CDC recomiendan desechar las mascarillas descartables después de usarlas una vez).

Si usa una mascarilla de tela, lávela con frecuencia, preferentemente cada día que la use. Las mascarillas deben lavarse y secarse a alta temperatura, o secarse al aire. También puede ser útil hervirlas durante 10 minutos con algún detergente o usar lejía para desinfectarlas. Se recomienda tener, al menos, seis mascarillas para que pueda lavarlas correctamente entre cada uso. Además, asegúrese de no compartir mascarillas con los demás miembros del hogar.

Muchas personas se fastidian porque sus anteojos se empañan cuando usan mascarillas. La mejor prevención es que la mascarilla se ajuste perfectamente alrededor del puente de la nariz. De esta forma, no se escapará aire por ese lugar que puede hacer que se empañen los anteojos y dificultar la visión. Pruebe el ajuste de la mascarilla antes de salir de su hogar respirando profundamente varias veces. Si los anteojos se empañan, ajuste la mascarilla (apriete el ajuste alrededor del puente de la nariz) y vuelva a probar hasta que no se empañen los anteojos y su vista sea clara. Además, limpiar los anteojos todos los días ayuda, ya que las pequeñas partículas de polvo facilitan que se adhiera el aire cálido y húmedo.

Los bebés e infantes menores de 2 años no deben usar mascarillas faciales, pero sí los niños mayores de 2 años. Es muy importante que los adultos a cargo usen mascarillas cuando les pidan a los niños que lo hagan. De esta forma, el niño probablemente se dejará la mascarilla puesta. Los bebés y niños menores de 2 años no pueden comprender todas las instrucciones, por lo que el uso de la mascarilla no es efectivo. Es importante encontrar mascarillas que se ajusten correctamente a los niños.

Si un miembro de la familia tiene una infección confirmada de COVID-19 o tiene síntomas típicos de la enfermedad, la persona infectada debe autoaislarse dentro del hogar en la medida de lo posible en una habitación y baño por separado, si están disponibles. Cuando se interactúe con otros miembros de la familia, por ejemplo para brindar atención o llevar comida, la persona infectada y la no infectada deben usar mascarillas. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC) recomiendan que la persona infectada use una mascarilla durante 10 días cuando esté cerca de otras personas en el hogar o en público. Recuerde, si tiene síntomas típicos de la enfermedad o una prueba positiva, no debe salir en absoluto a lugares públicos. Siga las pautas de los CDC sobre la duración del autoaislamiento.

El uso de una mascarilla transmite un mensaje positivo en la lucha contra la COVID-19.

“Estamos entrando en nuestro tercer año de la pandemia con una variante nueva y altamente contagiosa que predomina”, dice el Dr. Vielemeyer. “Cuando todos usen las mascarillas, jóvenes y personas mayores, vacunados o no, las mascarillas podrán convertirse en un símbolo de resurgir del aislamiento, de reunirse, y de entender hasta qué punto estamos todos juntos en esto”.

El Dr. Ole Vielemeyer es profesor asociado de medicina clínica en Weill Cornell Medicine y director médico de la División de Enfermedades Infecciosas de NewYork-Presbyterian/Weill Cornell Medical Center. Además de su pasión por el campo de las enfermedades infecciosas clínicas (incluida la medicina para viajeros) y por la enseñanza, su interés radica en el desarrollo de proyectos de investigación clínica destinados a mejorar la transición de la atención hospitalaria a la atención ambulatoria de los pacientes con infecciones crónicas.