Nuevos datos: Arrojando luz sobre el COVID-19 en pacientes adultos hospitalizados en estado grave

Un amplio estudio realizado por NewYork-Presbyterian y Columbia University Irving Medical Center muestra que los pacientes adultos con COVID-19 enfrentan dificultades desafiantes.

Adult patient with COVID-19 on stretcher going into the hospital
Adult patient with COVID-19 on stretcher going into the hospital

¿Cómo les va a los pacientes adultos que son hospitalizados con COVID-19 grave? Investigadores de NewYork-Presbyterian and Columbia University Irving Medical Center recientemente publicaron el estudio prospectivo más amplio de los Estados Unidos para responder a esa pregunta.

Publicado el 19 de mayo en la revista The Lancet, el informe reveló que los adultos que estaban lo suficientemente enfermos como para ser hospitalizados a menudo requerían atención crítica, y el uso de respiradores era habitual. Alrededor del 22 % de los pacientes hospitalizados con COVID-19 necesitaron cuidados intensivos. Entre estos pacientes gravemente enfermos, casi el 80 % recibió ventilación mecánica invasiva y pasó un promedio de 18 días con un respirador que los ayudaban a respirar. La proporción de pacientes que requieren ventilación mecánica es mayor que la observada en estudios de menor tamaño realizados en pacientes del estado de Washington, donde surgieron los primeros brotes del país, pero es similar a los informes recientes de Italia. Casi un tercio de los pacientes experimentaron daño renal lo que requirió diálisis. Al final del período del estudio, casi un 40 % había muerto de COVID-19.

Los investigadores realizaron un seguimiento de los pacientes adultos con COVID-19 confirmado en dos hospitales de NewYork-Presbyterian en el norte de Manhattan: NewYork-Presbyterian/Columbia University Irving Medical Center y NewYork-Presbyterian Allen Hospital, durante el primer mes del brote en la ciudad de Nueva York. De los 1,150 pacientes admitidos entre el 2 de marzo y el 1.° de abril de 2020, 257 necesitaron cuidados intensivos.

La edad avanzada, la presencia de enfermedad cardíaca y pulmonar subyacente y los biomarcadores de inflamación y trombosis fueron los principales factores de riesgo asociados con la muerte por COVID-19, lo que se asemeja a los patrones de la enfermedad en China, el Reino Unido e Italia.

“En los EE. UU., ha habido casi 1,5 millones de casos confirmados de COVID-19 y casi 90,000 muertes”, dice la coautora del estudio la Dra. Natalie H. Yip, médica de Atención Crítica en NewYork-Presbyterian/Columbia University Irving Medical Center y profesora asociada de Medicina en Columbia University Vagelos College of Physicians and Surgeons. “Aunque el espectro clínico de la enfermedad ha sido caracterizado en informes de China e Italia, hasta ahora, la comprensión detallada de cómo el virus está afectando a pacientes gravemente enfermos en los EE. UU. se ha limitado a los informes de una pequeña cantidad de casos. Nuestro objetivo fue describir la epidemiología y el curso clínico en pacientes con COVID-19 gravemente enfermos en un hospital de los EE. UU. e identificar los factores de riesgo de muerte”.

“Nuestro estudio proporciona una comprensión profunda de cómo COVID-19 puede estar afectando a pacientes gravemente enfermos en hospitales de los EE. UU.”, explica el autor sénior del estudio el Dr. Max O’Donnell, neumólogo de NewYork-Presbyterian/Columbia University Irving Medical Center y profesor asociado de Medicina Florence Irving en Columbia University Vagelos College of Physicians and Surgeons. “Como en otros estudios de COVID-19, los grandes porcentajes de pacientes gravemente enfermos requirieron asistencia de ventilación mecánica y tratamiento de reemplazo renal. Al proporcionar detalles mínimos sobre los factores de riesgo y los resultados, estamos en mejores condiciones para informar a los pacientes y familiares acerca de los objetivos de atención”.

Otros datos demográficos clave de pacientes con COVID-19 gravemente enfermos detallados en el informe incluyen los siguientes:
• Fueron afectados más hombres (67 %) que mujeres.
• La edad promedio fue de 62 años.
• Un 22 % tenía menos de 50 años.
• Más del 80 % tenía al menos una afección crónica. Entre las más comunes se detectaron: hipertensión arterial (63 %), diabetes (36 %) y obesidad (46 %).
• Casi dos tercios eran hispanos o latinos (62 %).
• Un quinto de ellos eran negros o afroamericanos (19 %).
• Los pacientes afroamericanos y latinos tardaron más en acudir a un centro hospitalario tras contraer la enfermedad. No está claro si esto refleja obstáculos para acceder a la atención, el comportamiento de búsqueda de atención u otros factores.
• Un 5 % de ellos eran trabajadores de la salud.

A partir del 28 de abril, cuando concluyó el seguimiento (lo que permitió observar a cada paciente durante al menos 28 días), el 37 % aún continuaba con el tratamiento y el 23 % había recibido el alta.

Los autores advirtieron frente a la generalización de los datos a otros entornos hospitalarios y señalaron que se necesitaba una mayor investigación en poblaciones más diversas.

“A nivel personal, este estudio ha reforzado la necesidad de hacer una investigación clínica de alta calidad incluso durante una epidemia, y ha destacado la importancia de la colaboración entre departamentos”, dice el Dr. O’Donnell.

Obtenga más información acerca de cómo protegerse de COVID-19, y de por qué la enfermedad es leve en algunos casos y mortal en otros.

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